Termoterapia

La termoterapia suele actuar de manera gradual sobre el organismo, actúa a nivel local, produciendo la vasodilatación con la que se obtiene hipertermia. Esta reacción va a ser receptora, tanto de manera interna, como externa.

El calor de la terapia genera un aumento en la frecuencia respiratoria. Los pacientes con problemas de hipertensión u otras dolencias cardíacas, deberán abstenerse de su práctica (tipo sauna o baño turco).

En lo que respecta al sistema urinario, el calor de la terapia provoca un aumento de la diuresis y acelera la vesical de forma diurética. Sobre el sistema nervioso las reacciones pueden ser variables, las sesiones de corta duración provocan una sensación de mayor sensibilidad, mientras que las largas la disminuyen, ejerciendo efectos relajantes y sedantes.

La termoterapia ofrece a sus pacientes múltiples beneficios que actúan sobre diversos órganos y funciones del cuerpo humano. Este tratamiento funciona de manera especial sobre las infamaciones de la piel, mejorandola de forma visible.

La termoterapia posee propiedades analgésicas, con capacidad de acción estará supeditada al grado de temperatura, tiempo de duración de la terapia y el estado de salud del paciente. Este tratamiento es útil para reducir las molestias ocasionadas por las contracturas musculares, tanto a nivel tendinoso, ligamentoso, muscular, esquelético y visceral.